Nueva estrategia para frenar el Alzheimer.

15.03.2020

Científicos del instituto Cajal comprueban que la "molécula humana" Abeta42 produce una pérdida de conexiones cerebrales en pacientes con Alzheimer mediante el bloqueo de un gen

El Alzheimer es una enfermedad de tipo neurodegenerativa, es decir, es una enfermedad producida por fallos o pérdida de las neuronas del cerebro. Estas neuronas son componentes fundamentales del sistema nervioso del organismo, y entre ellas, establecen una serie de conexiones llamadas "sinapsis" para transmitir la información al resto del cuerpo.

La ausencia de estas sinapsis en enfermos de Alzheimer se debe a la acumulación o formación de placas en el cerebro de unas proteínas, llamadas β-amiloides. Estas resultan ser tóxicas para las neuronas y las asfixian provocando la degeneración progresiva. Varias investigaciones han demostrado que el deterioro de las funciones cognitivas del cerebro (memoria, pensamiento y razonamiento, hacer valoraciones y tomar decisiones, planificar y realizar actividades familiares o cambios en personalidad y conducta) se produce algo antes de la formación de estas placas proteicas.

Algunos estudios realizados en ratones, como los del Instituto Cajal (del CSIC), han demostrado el mecanismo de perdida de conexiones sinápticas que llevan a esta neurodegeneración. La protagonista es la molécula Abeta42, que bloquea la expresión de un gen determinado del ADN de estos enfermos (que presentan niveles tóxicos de Abeta42), provocando así la pérdida de conexiones cerebrales. El gen que queda bloqueado debería codificar para una enzima, un factor de supervivencia para todas las células. Ante la inexistencia de esta enzima en las neuronas, tiene lugar la pérdida de conexiones.

La función de esta molécula humana en el desarrollo de la enfermedad ha permitido descubrir que una modificación química en esta molécula causante de la patología logra la expresión del gen y de la enzima para la correcta producción de sinapsis. Los investigadores introdujeron un grupo fosfato en dicha molécula para evitar la formación de los monómeros tóxicos propios de la misma, teniendo como resultado el "rescate" de las conexiones cerebrales y la reducción de los procesos degenerativos en las fases tempranas de la enfermedad.

Desafortunadamente, a día de hoy, no existe tratamiento que cure la enfermedad o que altere el proceso de la enfermedad. Si bien es verdad que existen medicamentos capaces de mejorar temporalmente los síntomas o retardar la tasa de disminución de capacidades, hay que tener en cuenta que en etapas avanzadas de la enfermedad las complicaciones de la pérdida grave de la función cerebral dificultan cualquier opción de tratar y son causas que condicionan fuertemente la supervivencia del enfermo.

Se trata de la causa más común de demencia, disminución de habilidades de pensamiento, de comportamiento y sociales que altera la capacidad de una persona para funcionar de manera independiente. Entre otras cosas, esto hace que sea una enfermedad en la que se está depositando mucho esfuerzo para conseguir comprenderla en su totalidad. Ahí la importancia de conseguir comprender el mecanismo de la enfermedad.



Autores:

Jorge Colmenarejo Quintana 

Andrea Llorente Cano 

Alicia Valbuena González

Departamento de Bioquímica y Biología Molecular, Facultad de Farmacia, UCM.


Jorge Colmenarejo Quintana- sciencetogether.jcq@gmail.es
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